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Los niños pasan por diversas etapas importantes en su transición de bebés a infantes, y una de ellas es la del momento de desechar el pañal para aprender a usar el váter, ya que supone dejar atrás un hábito pasivo para cambiarlo por uno activo en el que los niños deben enseñarse a sí mismos a controlar el esfínter para saber cuándo pueden ir al baño.

Al ser un proceso tan complejo, los niños suelen resistirse a hacer este cambio y, por ello, una de las mejores herramientas con las que pueden contar los padres es la de los inodoros infantiles especialmente diseñados para llamar su atención y atraerlos. Resulta imprescindible que los padres enfoquen esta situación como una situación de descubrimiento emocionante para los más pequeños.

Aún así, el cambio de los pañales al inodoro pasa por una estrategia muy cuidada por parte de los padres en la que la elección concreta del inodoro resultará indispensable para que el niño se sienta cómodo, seguro y con las suficientes ganas de involucrarse en el proceso.

En este artículo te traemos algunas de las dudas más habituales de los padres primerizos a la hora de enfrentarse a los váteres para niños con la esperanza de que te sirva como guía a la hora de escoger el sanitario que mejor se ajuste a la personalidad de tu hijo.

Dimensiones y medidas de inodoros infantiles

A la hora de escoger inodoros existe una selección tan grande que puede resultar una decisión abrumadora. Es fácil encontrar diseños totalmente adaptables además de algunas opciones con escaleras, con cojines, con agarraderas y muchos otros complementos para que el niño pueda sentirse lo más a gusto posible.

Y es que, al final, las dimensiones están estudiadas y creadas precisamente con la idea en mente de que la experiencia de probar por primera vez un inodoro resulte natural para el niño. 

Por eso mismo motivo las dimensiones de los váteres para niños pueden variar en función del modelo y la marca, ya que además es posible encontrar en el mercado muchísimos tipos con diseños especiales y divertidos con la idea de que los niños los vean como un accesorio con el que empezar a jugar hasta que se lo tomen más en serio.

Algunos ejemplos de esto son los que cuentan con formas de animales o con formas de inodoros reales, así que la decisión de cuál escoger vendrá dada en gran medida por la personalidad del niño y del momento en el que decidas hacer este cambio, pues en función a si sucede en una edad más temprana o más adulta el niño encontrará más entretenido usar un modelo u otro: y este puede ser un detalle clave.

Si pensamos en medidas concretas, todos los inodoros infantiles oscilan entre el estándar de 20 a 30 cm de ancho y de 30 a 40 cm de alto, de modo que se ciñen a las medidas típicas de cuerpo de un infante y a la altura a la que pueden acceder por su estatura. Estas medidas hacen referencia al asiento, pero es posible que dependiendo del modelo el váter completo pueda ser mucho más alto y ancho, y más aún si cuenta con accesorios, complementos o un diseño personalizado.

Aunque podamos creer que es mejor comprar un orinal que sea algo más grande para que le dure más tiempo, lo cierto es que esto puede resultar ser un error si el niño no se siente lo suficientemente cómodo en la silla, ya que será mucho más adecuado que compremos un orinal que se ajuste completamente a las medidas de su cuerpo para empezar a hacer este cambio del pañal.

Al final, la primera impresión es la que cuenta, y si el niño no se adecúa al asiento desde el principio será muy difícil que quiera seguir usando el orinal. Por este motivo, elegir el tamaño ideal para tu niño resulta imprescindible y no hay mejor forma de conocerlo que ir con él a comprar su futuro orinal.

Tipos y materiales de váteres para niños

El material es otro de los elementos más importantes a la hora de buscar el váter perfecto para tu hijo. Lo primero será asegurarnos de que el modelo que nos gusta se ha fabricado con materiales no tóxicos, y a ser posible ecológicos, ya que esto evitará irritaciones en la piel del bebé y ayudará a que el inodoro pueda ser reutilizado más adelante sin perder cualidades.

Además de esto, el material será indicativo de la calidad del sanitario, siendo aquellos fabricados con polipropileno los más resistentes.

Otro factor que resulta esencial es el de su limpieza y mantenimiento. Ya que nos encontramos ante un aparato que deberemos estar lavando constantemente resulta imprescindible que encontremos un modelo que sea fácil de manejar, manipular y de limpiar en todos sus rincones. Pues, de no poder desinfectarlo con facilidad, el material quedará sucio y podrá provocar infecciones y enfermedades en el niño.

Más allá de esto, para poder clasificarlos por tipos hace falta diferenciar entre los distintos inodoros de plástico portables que se consideran más bien orinales y los sanitarios que imitan los modelos habituales de los adultos, empotrables a la pared, con salida de desagüe y fabricados con materiales mucho más resistentes y duraderos, como en porcelana.

Si solo planeas tener un bebé, quizás te resulte mucho más asequible adquirir un váter para niño que simule un orinal, aunque, por contra, si esperas formar una familia numerosa entonces posiblemente te valga la pena comprar un sanitario infantil que poder adaptar al baño, ahorrándote así la tarea de la limpieza y contando con un periférico que te aguantará para toda la vida.

De todas formas, si sigues con dudas, lo mejor que puedes hacer es acceder a una de las muchas páginas comparativas, como cositasparapeques.com/mejores-vateres-para-ninos/, en las que profesionales de la puericultura se dedican a analizar los mejores váteres infantiles para ayudar a los padres a decidir con total seguridad, pues pueden descubrir los pros y los contras de distintos modelos de sanitarios de bebés y elegir cuál se acopla mejor a sus necesidades.

Altura de los sanitarios infantiles

Si tenemos claro que no queremos optar por un orinal tipo váter, sino por un sanitario, por lo general tenemos que saber que aunque los primeros se sitúan a un par de palmos del suelo, pues son simplemente un accesorio, los sanitarios, por contra, contarán con dimensiones más robustas.

De esta forma, los váteres de plástico suelen oscilar entre una altura de 20 o 30 cm; arriba o abajo si es que cuentan con escaleritas para que los niños puedan acceder a ellos con facilidad.

Por otro lado, a la hora de hablar de un sanitario como tal nos encontraremos con que estos ya tienen unas medidas más considerables y la mayoría de ellos ronda entre los 30 y los 40 cm de alto según el modelo, pues no es más que un váter corriente con sus tuberías, desagües y sistemas sanitarios, solo que un poco más bajito.

Si la estatura de tu hijo sigue sin alcanzar estas medidas, no te preocupes, porque existen numerosas escaleras complementarias a los sanitarios infantiles con las que puedes ayudar a que el niño alcance el asiento con total facilidad.